jueves, 2 de septiembre de 2010

Grupo CES "¿Quieres ser feliz?

A continuación les compartimos un mensaje que nos envio nuestra amiga Emily Caldera, esperamos que ustedes también les guste.
Obviamente quieres ser feliz, para eso vivimos, vamos por el mundo buscando felicidad… qué estas haciendo para lograrlo? ¿Qué es lo mejor que te puede pasar en este momento?
¿Que tu boleto de la rifa de ese auto sea el ganador? ¿Obtener el aumento por el cual trabajas día a día? ¿Que te den la noticia que el gran negocio que te dejará buena remuneración ha sido aceptado? ó ¿una cena con tu familia/amigos? tal vez ¿saber que tu hijo pasó el examen por el que estudió tantas noches? ¿tener noticias de un amigo o familiar que hace tiempo no veías? ó ¿simplemente el despertar de un nuevo día y poder dar gracias a Dios?

Quiero compartirte que me puede hacer feliz a mí.
Hace unos días, acabé mi trabajo, salí de la oficina de mi cliente e iba directo a mi casa a descansar. Venía haciendo memoria de lo que había hecho y agradecí que había sido un buen día. Cerré un negocio, mi socio me felicitó por el trabajo que estoy haciendo, mi mamá esta contentísima con su nuevo proyecto, etc. Estaba contenta y me encuentro con la sorpresa de que no acaba ahí.
Vengo manejando, en el carro de mi derecha se encuentra un hombre. Se le ve tranquilo (a pesar de la inseguridad en la que vivimos ahora), creo que escucha buena música, de esas que te relajan y te olvidas del mundo. Es una persona de la 3era edad, lo veo en sus canas, en sus arrugas y en su coche, es un clásico. Nuestras miradas se cruzaron, se queda viéndome por dos segundos y, sin pensarlo, me regala una sonrisa, una gran sonrisa que le salió del corazón (la cual no puedo ni quiero olvidar). No tenía porque hacerlo, y mucho menos si ni me conoce. No pude parar de sonreír hasta que llegué a mi casa, que se encontraba a unas cuadras. Me quedé sorprendida de cómo ese pequeño detalle hizo una gran diferencia, y pudo hacer que mi BUEN día, pasara a ser un día EXCEPCIONAL.
Me he puesto la tarea de empezar a rodearme de gente que tenga buenas aportaciones a mi vida. Y he ahí, un desconocido en la Cd. de Monterrey, hora pico, 40°C, pero aún así, decidido ser feliz y, sin una pizca de egoísmo, dispuesto a transmitirlo.
Sean felices, pero no caigan en el error de medirlo en sus bienes materiales. Mídanlo dando lo mejor con su familia, con sus amigos, a su persona y a su espíritu. Lo demás vendrá por añadidura.
Te vuelvo a preguntar ¿Qué es lo mejor que te puede pasar en este momento? Empieza tú. Comparte felicidad, sonríe y contagia. Y porque el simple hecho de poder compartirlo contigo, a mi me llena!

Gracias señor por mandar a mi vida grandiosas personas (mis pequeños angelitos) que siempre están ahí extendiendo su mano cuando más lo necesito.

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