Hoy mi hijo me dio una lección clara y profunda, me enseño en veinte palabras lo que no quise comprender en 38 años de vida. En casa entre todos escribimos una carta al Niñito Dios ya que mi esposa iba a una misa dedica especialmente a él y le quería entregar en palabras de cada miembro de la familia nuestro agradecimiento y alguna petición que tuviéramos.
Todos agradecimos tener una familia unida, que estábamos con salud, que había trabajo, etc.; pedimos que nos librara de la violencia, seguir sanos, por los enfermos, por la gente que no tiene donde dormir; pero Emiliano hizo una sola petición, escribió “yo solo te pido que me sigas ayudando a llegar al cielo”. Mi hijo tiene 9 años y ya tiene claro su camino como hijo de Dios, en una sola mañana creció espiritualmente lo que yo no he sido capaz en casi cuatro décadas, a pesar de tener una esposa fiel a Dios, una madre entregada a Dios y haber tenido una abuela que no deja de velar por nosotros sentada al lado de Jesucristo.
Tenía noción sobre lo mucho que me faltaba para poder llamarme heredero del Reino de Dios, pero hoy mi hijo me dejo claro que acabo de nacer y que me lleva mucha ventaja en el camino.
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