Pensar que no son capaces o merecedoras de materializar sus sueños, hace que algunas personas vivan tristes, desabridas y compungidas; sintiendo que Dios les debe algo. Esas personas tienden a concentrarse en crearse limitaciones acrecentando así su desesperanza. Dramáticamente solo viven logros a través de las conquistas de otros individuos.
Muchas de sus “limitaciones” tienen que ver con problemas su Fe, o más bien dicho por la ausencia de ésta. Paradójicamente no creen en Dios pero si le reclaman por su poca suerte, por qué los resultados a ellos no se les dan o peor aún le reclaman por qué a las personas que los rodean si les va bien.
El enunciado “Si puedes soñar, estás vivo” nos dice que en la búsqueda de nuestros sueños es donde encontramos esa condición de sentirnos en plenitud y llenos de vigor, lamentable es que una persona tenga conocimientos y habilidades pero no se sienta completa porque puede ver crecer su riqueza en patrimonio pero es el más pobre en espíritu. La confusión que atrapa a la mayoría de las personas en razón de pensar que estarán satisfechos comprando todo lo que ven, todo lo que su amigo, hermano o jefe tiene; acumulando dinero o sorprendentemente enseñando a sus propios hijos a vivir de un modo superficial, termina siendo su propia pena al no lograr la paz espiritual. “El éxito que puedes conseguir en este mundo es tan pequeño cuando se compara con el éxito que Dios quiere que alcancemos en su nombre”.
Muchas de sus “limitaciones” tienen que ver con problemas su Fe, o más bien dicho por la ausencia de ésta. Paradójicamente no creen en Dios pero si le reclaman por su poca suerte, por qué los resultados a ellos no se les dan o peor aún le reclaman por qué a las personas que los rodean si les va bien.
El enunciado “Si puedes soñar, estás vivo” nos dice que en la búsqueda de nuestros sueños es donde encontramos esa condición de sentirnos en plenitud y llenos de vigor, lamentable es que una persona tenga conocimientos y habilidades pero no se sienta completa porque puede ver crecer su riqueza en patrimonio pero es el más pobre en espíritu. La confusión que atrapa a la mayoría de las personas en razón de pensar que estarán satisfechos comprando todo lo que ven, todo lo que su amigo, hermano o jefe tiene; acumulando dinero o sorprendentemente enseñando a sus propios hijos a vivir de un modo superficial, termina siendo su propia pena al no lograr la paz espiritual. “El éxito que puedes conseguir en este mundo es tan pequeño cuando se compara con el éxito que Dios quiere que alcancemos en su nombre”.
1 comentario:
Recordemos que Dios nos creo a su imagen y semejanza. El es omnipotente, por lo tanto nosotros también... ahora lo que tenemos que hacer es CREER y a partir de ahi si no lo proponemos, lo podemos.
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